El 2020 será recordado como uno de los años más difíciles para el petroleo y el gas: la pandemia golpeó fuerte en el mercado y llevó los precios a valores irrisorios. Además, forzó a las empresas del sector a buscar mecanismos para bajar los costos, incrementar sus eficiencias y optimizar procesos. RPA ha sido, en este contexto, una de las herramientas más utilizadas y con proyección de crecimiento para los próximos años. Veamos que otras tendencias y desafíos enfrentará la industria Oil & gas en 2021 para salir del pozo.
La oportunidad de RPA
Las oportunidades de automatización para el sector se presentan en múltiples áreas desde la planificación operativa hasta la gestión de información técnica. Sin embargo, el mayor valor agregado se sitúa alrededor de los procesos core de la operación y la optimización de tareas repetitivas y tediosas. En ese sentido, en Practia estamos convencidos de avanzar un paso más hacia la híperautomatización, combinando RPA, ciencia de datos e inteligencia artificial (IA) para lograr la máxima eficiencia a partir de una mirada end-to-end.
RPA permite desarrollar robots de software que utilizan aplicaciones como si fueran un usuario. Son capaces de abrir un correo electrónico o sus adjuntos, registrarse en sitios web, trasladar documentos y carpetas, llenar o enviar formularios, entre otras funciones. Todas esas capacidades pueden potenciarse casi sin límites cuando se combinan con analytics y machine learning. Además de las acciones mecánicas y repetitivas, puede tomar decisiones, justificadas en predicciones o recomendaciones. La clave del éxito está en la información que nutre los modelos.
Una operadora argentina, por ejemplo, puede utilizar RPA para la carga de datos en tiempo real en sus sistemas de tracking de operaciones de pozo. Luego tiene la posibilidad de explotar esa información con IA para configurar sus equipos de perforación de manera óptima y acelerar los tiempos operativos. En el sector eléctrico, la inminente aparición de smart-meters en la distribución domiciliaria apunta a automatizar el proceso de medición de consumo. Al identificar tendencias se pueden prever cortes de suministro por sobrecarga de la red.
Posibilidades hacia delante
La Inteligencia Artificial también habilita nuevas interfaces entre personas y máquinas. Gracias a los sintetizadores de voz que convierten lo que decimos a texto hoy se puede lograr una comunicación natural prácticamente entre todos los medios. Otras aplicaciones son traducción en tiempo real de casi cualquier idioma y reconocimiento de los elementos o las personas de una imagen.
Todas estas alternativas abren un mundo de posibilidades para el sector Oil & Gas en 2021, permitendo repensar, sin límites, cada aspecto del negocio. Empezar con proyectos de automatización pequeños es una estrategia ideal para derribar las barreras de un rubro que conserva una gran cuota de conservadurismo. Basta con saber que hasta antes del COVID-19, 45% del sector energético en América Latina no tenía iniciativas de este tipo. Hoy ese es un lujo que ninguna empresa puede permitirse.
Irónicamente, el coronavirus dejó a las empresas de esta industria en la necesidad de hallar formas salir del pozo pero eso no fue igual para otros sectores. Tanto la industria tecnológica como la farmacéutica tradicional tenían niveles de adopción de RPA que promediaban el 65% antes de la pandemia. Si bien no fue el único factor, no es casualidad que hayan sido dos de los segmentos menos golpeados por el lockdown impuesto por las medidas sanitarias.
Estamos a fines de 2020 tratando de planificar sobre un futuro que es, en muchos aspectos, incierto. En ese horizonte, una de las certezas es que la automatización particularmente, la inteligente continuará ganado espacio en las organizaciones hasta convertirse en prácticamente un imperativo. La industria Oil & Gas en 2021 no está ajena a este fenómeno y el margen para las decisiones quedó reducido a tan sólo una pregunta: “¿Cuándo iniciamos la implementación?”.