Es clave en el desarrollo de nuevas tecnologías. Está presente en las baterías de los teléfonos móviles, las computadoras portátiles y los vehículos eléctricos. Tambien en diversos sistemas de almacenamiento de energía. El litio es una de las grandes estrellas de la minería a nivel mundial y el gran desafío para las empresas de los sectores relacionados con los recursos naturales.

En ese sentido, la Argentina encuentra aquí una oportunidad de enormes proporciones. Las dos minas operativas del país tienen una capacidad instalada de 42.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE). Asimismo, la Bolsa de Comercio de Rosario estima que las exportaciones de litio podrían cuadruplicarse entre hoy y 2025 

Ese volumen representaría el 10% de las divisas generadas por la otra gran industria exportadora nacional: los agronegocios. El momentum es ideal. El precio se mantiene establemente alto gracias a una demanda más que saludable Si las ampliaciones que están proyectadas en el país llegaran a llevarse a cabo, la capacidad instalada podría aproximadamente triplicarse.

Proyectos operativos y en desarrollo

En el país hay salares en Jujuy, Salta y Catamarca. Más allá de su belleza geográfica -esas amplísimas extensiones perfectamente blancas, apenas alteradas por el paso del hombre-, cada uno de ellos representa un potencial enorme de negocios.

Ya la australiana Orocobre, la japonesa Toyota y el estado nacional a través de JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado) están operando en conjunto el de Fénix, en Catamarca. Mientras tanto, la norteamericana Livent Corp tiene en su cartera Olaroz en Jujuy.

Se trata de los únicos dos proyectos que están en fase productiva, aunque prevalece el optimismo. Se estima que hay al menos 23 locaciones en el territorio nacional que podrían explotarse. Al mismo tiempo, las dos minas mencionadas ya cuentan con planes de expansión en el corto plazo.

Tecnología para cubrir una demanda creciente

Cuanto más se desarrolle el mercado, mayores serán las oportunidades para un producto cuya demanda no tiene techo. Statista pronostica que la demanda mundial de litio alcanzará los 1,79 millones de toneladas métricas LCE para 2030 (en 2019, apenas superaba las 49.000 toneladas LCE).

Las nuevas tecnologías pueden jugar un rol fundamental en la aceleración y el éxito de estos proyectos. Realidad aumentada y realidad virtual son aliadas clave para entrenar a las personas que trabajarán en campo como si estuvieran en vivo en el lugar, visualizar diferentes formaciones o simular las tareas con maquinaria pesada.

Big data en unión con inteligencia artificial y herramientas analíticas, permiten comprender el estado del suelo y la factibilidad de exploración. Por tro lado, Internet de las Cosas habilita, a través de sensores, el monitoreo y el control de todos los activos remotos para alertar sobre fallas en el funcionamiento o necesidades de reparación o, incluso, para anticipar mantenimiento y garantizar que la operación esté siempre operativa.

Como no podía ser de otra manera, el litio es un negocio que se viene con toda la energía. ¿Considerás que este mercado seguirá creciendo a tasas exponenciales como lo vino haciendo hasta ahora? Te leemos en nuestro Linkedin y Twitter!