Transformación digital
No solo se trata de llevar la mejor experiencia al usuario, sino también de hacerlo de la forma más rápida posible. Así se generaron técnicas ágiles, como Agile UX, que introdujo el concepto de MVP (minimum viable product, producto mínimo viable). Un “entregable” con las funcionalidades esenciales sobre el cual poder comenzar a recibir feedback para iniciar el proceso de mejora continua. En la actualidad, la agilidad se consolida con Lean UX. Derivada del modelo lean manufacture de Toyota, que apunta a reducir al máximo el desperdicio en un esquema de producción.
Traducido al mundo UX, propone ofrecer a los usuarios un feedback temprano. Esto significa testear rápidamente cada idea: cotejar con el usuario lo antes posible las incorporaciones a la herramienta, obtener su respuesta, construir aprendizaje con eso y entregar una nueva versión que incorpore las observaciones recibidas poco tiempo después para proseguir con este proceso de mejora continua.
“Agilidad no significa atolondramiento”, diferencian nuestros especialistas de Practia. El primer paso siempre es un kick-off del que participen los stakeholders y donde podamos entender los objetivos del negocio. Tambien entender, los objetivos del usuario, para recién a partir de ahí, iniciar este proceso de construcción conjunta.
LEAN UX
Es que muchas veces los usuarios enfocan su necesidad en cómo necesitan resolver su problemática, casi siempre circunscripto a su experiencia previa (“siempre lo hicimos así”) y a modelos mentales propios. “Si abordamos desde la perspectiva del ‘qué’, abrimos el juego a la posibilidad de generar un mayor número de soluciones posibles”, cuenta un especialista de Practia.
Para evitar desvíos en esta agilidad extrema que propone Lean UX, desde las primeras reuniones se pide a los stakeholders o líderes de proyecto que puedan bajar, en ocasiones con lápiz y papel, aquello que tienen en mente. La idea no es tener un desarrollo súper avanzado de entrada, sino definir con la mayor precisión posible el aspecto conceptual.
Se destaca la importancia de trabajar en el contexto del usuario. “No es lo mismo que cuente en una entrevista lo que hace, que observarlo en el día a día en su escritorio” afirman nuestros especialistas.
¿Puede surgir una resistencia por parte de los usuarios?
Los cambios en la forma de trabajo o en la herramienta podrían producir la sensación de que se debe resignar algo: control, estatus, recursos, confianza, lealtades. Es fundamental empatizar con los usuarios y entender qué sienten que ponen en ‘riesgo’ para hacer el cambio de mindset y enfocar la mirada en todo lo que se gana.
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