El sector agrícola necesita como nunca antes de nuevas tecnologías agropecuarias para lograr una mayor productividad y así competir en mercados cada vez más exigentes.

​​​​​​​​​Latinoamérica vive una gran oportunidad para el desarrollo de una oferta de tecnologías de la información y comunicación (TIC) especializada en productos y servicios para la demanda del sector agropecuario y la agroindustria. Veamos por qué.

Existe en la región en general, y en la Argentina particularmente, una serie de condiciones en materia de capacidades tecnológicas y de recursos humanos y empresariales en el sector de la informática y en menor medida de la electrónica. Ello ha hecho del llamado “sector de SSI” (software y servicios informáticos) una de las industrias con mayor tasa de crecimiento, tanto a nivel interno como en el plano exportador.

Esta progresión, asociada a una fuerte orientación del sector hacia los servicios de valor agregado e innovación. Permite el ser un patrón de especialización en ciertos segmentos verticales, como es el caso de la producción y provisión de servicios TIC al ámbito agrícola. Un ejemplo: Agribotix, empresa de software y drones, fue listada por Fast Company como una de las más innovadoras de 2016.

Contexto agropecuario y agroindustrial

Con respecto al sector agrícola, se puede decir lo siguiente: ​Tiene un enorme peso en la economía de la región latinoamericana. Según datos del Banco Mundial, durante la última década las exportaciones de alimentos de América Latina crecieron hasta alcanzar el 26% del total de exportaciones. En el top del ranking se encuentran la Argentina, Uruguay y Paraguay, con un promedio del 62%, seguidas por Ecuador, con 48%, y Brasil, con 38%.

En los últimos 20 años, el sector agropecuario y agroindustrial se ha visto impactado por nuevas tecnologías de proceso y de producto que afectaron. Principalmente, la práctica de la siembra directa y la utilización de semillas genéticamente modificadas para tener resistencia a determinados biocidas. Esto promovió el mayor aprovechamiento del suelo y mayores necesidades de fertilización. En resumen, toda una industria ubicada alrededor del sector –los insumos, los agroquímicos y la maquinaria agrícola– se motorizó en las últimas décadas promoviendo innovaciones tecnológicas.

Al mismo tiempo, la dinámica del mercado mundial de alimentos, con nuevas demandas y mayores requerimientos de calidad, control y diferenciación de productos. Hace que la articulación de ciertas cadenas de valor (como carne bovina o lácteos) exijan cada vez una mayor coordinación y un manejo de información relativa a los procesos de producción. En este caso, las innovaciones provienen de países como Holanda, Australia y Nueva Zelanda.​​​

Nuevas tecnologías agropecuarias

Las tres variables (disponibilidad de nue­vas tecnologías, necesidad de más infor­mación y alza de precios de materias pri­mas). Provocaron un salto cualitativo en la productividad del sector, impactando más que nada sobre las cadenas productivas de granos y oleaginosas, de ganados y carnes, y también en la de lácteos.

El alto grado de especialización disparó, a su vez, crecientes requerimientos de tecno­logía. Esto ha hecho que prolifere a nivel regional una incipiente oferta de empresas que buscan atender a este sector. En espe­cial, compañías aplicadas a la maquinaria agrícola, así como, en segundo término, un conjunto de empresas que provee diversas soluciones informáticas.

Este escenario, las agroTIC constituyen una necesidad perentoria del sector agro­pecuario y agroindustrial para continuar con su evolución. En un contexto exigente y con una fuerte y creciente demanda por parte de los mercados. Las condiciones pa­ra que ambos negocios trabajen de manera complementaria, hoy como nunca antes, están dadas. Y ya están en marcha.

Alejandro Artopoulos​ es profesor en la Universidad de San Andrés y en la UBA, además de consul­tor de PRACTIA​

 

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